¿Te has sentido orgulloso de hacer mil cosas a la vez?
Mandas un correo, revisas WhatsApp, atiendes una reunión y de paso piensas qué vas a cenar. Pero…
¿Sabías que tu cerebro no nació para eso?
El multitasking, ese supuesto “superpoder moderno”, podría estar robándote lo más valioso: tu productividad y tu paz mental.
Durante años, la multitarea se ha vendido como una habilidad deseable, símbolo de eficiencia y éxito. Sin embargo, la neurociencia ha demostrado que el cerebro humano no puede concentrarse en más de una tarea cognitiva compleja al mismo tiempo. Lo que realmente hacemos es cambiar rápidamente de foco, y ese cambio constante tiene un costo invisible.
Cada vez que alternas entre tareas, tu mente necesita unos segundos (o incluso minutos) para “recalibrarse”. Ese microtiempo perdido se acumula a lo largo del día y puede reducir tu productividad hasta en un 40 %. Además, la multitarea constante incrementa los niveles de cortisol —la hormona del estrés— y desgasta tu capacidad de concentración a largo plazo.
Conclusión: El multitasking no es un superpoder; es una trampa disfrazada de eficiencia. Nuestro cerebro fue diseñado para crear, no para fragmentarse. Al priorizar la atención plena, recuperas energía, foco y creatividad. En un mundo que te exige velocidad, tu ventaja real es la concentración.
Hasta la próxima, Clara.